como un poema enterado
del silencio de las cosas
hablas para no verme

A.P.

Desafinada

Allí donde me recuerda el frío
¡sola si he dormido!
He podido, he durado
huesos rotos reclaman:
¿Hasta cuando la escarcha?
El sol amaneció sin mis canciones
la luna no memora noches
Otro día vacío, sin luz ni nombre
clave de Sol razgada, pasado boreal
del futuro, unas pocas notas
presento nuevas cuerdas rotas (vocales)
trizteza en Do menor
y bis, bis, bis...
hasta que me pisen mis pies...
...o me salve una mano de uña larga.

Días contra el ensueño



"No querer blancos rodando en planta movible.
No querer voces robando
semillosas arqueadas aéreas.
No querer vivir mil oxígenos
nimias cruzadas al cielo.
No querer trasladar mi curva
sin encerar la hoja actual.
No querer vencer al imán
al final la alpargata se deshilacha.
No querer tocar abstractos
llegar a mi último pelo marrón.
No querer vencer colas blandas
los árboles sitúan las hojas.
No querer traer sin caos
portátiles vocablos."

Alejandra Pizarnik

Efímero

Y respiró. Mis ojos dieron un salto, y al mirar, todo mi yo se arrojó al vacío.
Sus pestañas como toboganes, astillan el techo y tocan el cielo con sus puntas; debajo, dos abismos negros se abren paso, tan profundos, tan desiertos de mi existencia.
Si tan solo yo... no.
¿Tendrán sus susurros nocturnos voz desmechada, discos sueltos, borra de café, cenizas de cigarro, ropajes sueltos, desnudos, entre la habitacion y su cabeza? ¿Tendrán?
Un propósito. Sus manos tienen un propósito. Porcelana tan fría.
Longilíneas, se extienden en la llanura de miradas mudas en el bagón, y se delimitan, se recortan, con dulzura y sin piedad; escriben historias, como ésta. Hablan por ellas mismas, y por él; y yo hablo de ellas por mí, para él.
En los confines de la tierra un niño llora, una flor se abre, ojos se cierran, letras se escriben, sangre fluye, y calor.
Aquí, él.
Allá, él.
Nunca, él.
Hasta que me baje del tren.
Siempre.

Camino turbio.

Hoy me quedé pensando mucho en vos, en las distancias que recorren tu mente de la mía, y los kilómetros que, lamentablemente, separan tu ser del mío. Noté desde que te vi una tristeza que no suelo ver, aún cuando hay muchas cosas que tenés que admiro, que me gustaría compartirlas con vos.
Podés pensar que no sale, y que te quedás y que no podés avanzar, pero yo estoy seguro que estás equivocado. Y cuando logres entenderlo y salir adelante, quiero que sepas que yo voy a estar esperando del otro lado, con los brazos abiertos, para darte todo el cariño que te está faltando.
No me gusta verte así.

Salud, dinero y amor

Es triste que para tener salud haya que tener dinero, y para tener amor...

joaquín y conrado (dos clichés en uno)

La escena transcurre en Buenos Aires. Son las tres de la tarde en las intersecciones Scalabrini Ortiz y Las Heras. Es un día de sol en primavera. Joaquín (a quien sus amigos llaman "Juaco") y Conrado (a quien sus amigos llaman "Conra") caminan calle abajo por Scalabrini Ortiz. Ambos visten trajes claros. Llevan sus sacos a cuestas, colgando del dedo índice en mano izquierda, sobre sus espaldas.
(Las voces de Joaquín y Conrado deben leerse con idéntica prosodia, como si fuera una sola voz la que habla).

Joaquín: -Qué clase más aburrida. Adam Smith es un embole.
Conrado: (Asintiendo) -Sí, bodrio total. Pero en el parcial entra seguro,
así que vamos a tener que estudiarlo, me entendés?
Joaquín: (Recordando) -¡Uuu! Yo todavía no pagué.
Conrado: -¿El qué?
Joaquín: -El examen.
Conrado: -Ah, yo tampoco, tenemos tiempo.
Joaquín: (Cambiando de tema y maravilado con lo que ve) -¡Qué buenos zapatos!
¿Son nuevos?
Conrado: -No, pero están recién lustrados.
Joaquín: -Eso se nota ¿Cuánto te cobraron?
Conrado: -Cuatro pesos.
Joaquín: (Alterado) -¡¿Cuatro pesos?!¡Carísimo! (Con ironía)
-Pero con qué lustra esa gente... ¿Con betún o con petróleo?
Conrado: (Sonriendo) -Y bueno... pero mirá cómo quedaron...
Joaquín: -La verdad que sí, están buenísimos-mal!
Conrado: (Repentinamente) -¿Dónde dejaste el coche?
Joaquín: -Acá a dos cuadras ¿Seguro no querés que te alcanze?
Conrado: -No, yo estoy acá nomás, es un toque. Voy al Club, hago un poco de pool,
algo de tenis, me pego una ducha y estoy listo, me entendés?
Joaquín: -Qué copado un chapuzón ahora...
Conrado: -Hablando de chapuzón ¿Dónde nos vamos de vacas este año?
¿Volvemos a Punta?
Joaquín: -'Staría bueno un cambio ¿Por qué no nos vamos a mi dpto en Pinamar?
Conrado: (Con complicidad) -O si no nos vamos a Mardel.
Joaquín: (Sonriendo y con sorna) -No, eso sí que no... Eso es Constitución con playa,
me entendés?
Conrado: -Tal cual, tal cual.

(Cruzan la calle en silencio. Suben a la vereda. Reinician el diálogo).

Joaquín: -Me contaron los chicos que te van a ascender...
Conrado: (Orgulloso) -Sí, de nuevo. (Con gracia) -Preparate eh,
porque en cualquier momento te paso a buscar en el Mercedes.
Joaquín: -¡A full!
Conrado: (Cambiando de tema) -¿Te vas un toque a lo de tu novia ahora?
Joaquín: -No, Cande ahora está en el Gym. Más tarde paso a buscarla
y la llevo a cenar al Restó al que vamos siempre,
acá en Palermo Hollywood, me entendés?

(Llegan a la cochera. Se detienen en la entrada).

Joaquín: -Bueno Conra... ¿Te espero el finde en la quinta entonces?
Conrado: (Con entusiasmo) -¡Ni hablar! Nos comemos un asadito con los chicos,
nos tiramos a la pile. (Dilatando cada sílaba): -¡Nos-des-en-chu-fa-mos!...
Joaquín: -¡De una!
Conrado: -Bueno chabón, te dejo, me entendés?
Joaquín: -Oka, me entendés?
Conrado: -Cuidate, me entendés?
Joaquín: -Dale, chau chau, me entendés?

FIN

el significado de la vida

.










.

el feo

Él era feo, muy feo. Sus rasgos faciales, a los que me referiré en un momento, eran, en su palabra más justa y sincera, esperpénticos. Su contextura física armonizaba con su rostro casi caprichosamente, como si no puediera ser de otra manera. Su figura gallarda redundaba en una falsa esbeltez, esto es: él no era muy alto (ni muy petiso) ni muy flaco (ni muy gordo). Su nariz, que ante la mirada de cualquiera podría resonar como una alegre y musical tercera mayor, era más bien sosa, ni muy chica ni tan grande, ni muy respingada ni tan aguileña, ni muy muy ni tan tan. En perfecta simetría con la nariz se ubicaban sus dos orejas, tan insulsas como aquella. Poco podía decirse de ellas, solamente que se encontraban al costado de los ojos y dispuestas horizontalmente cuando el cuerpo se mostraba erguido. Para cuando llegué a observar su pelo, su forma y color, creía ya conocerlo. Comencé a dibujar mentalmente una casa, un arbolito en la entrada, una reja detrás del arbolito, y comencé a pintar todo de rubio: la rubia puerta, la rubia sala de estar, la rubia cocina, la rubia heladera, incluso a la comida la pinté de rubio. La "señora que limpia" (como gusta llamarle la rubia mamá del rubio hijo a la que en otros tiempos se conocía como la "sirvienta") no era rubia, pero a ella ni siquiera la dibujé, para no arruinar tan suculenta monotonía. Su piel era casi tan rubia como su pelo. Su pelo, casi tan rubio como su casa.
Restaba no mucho más que su boca y sus ojos; la frente tal vez, los mofletes o la falta de ellos. Su fealdad era (ahora y cada vez más) notoria, casi evidente. Fraudulentamente esbelto, era tan atractivo para otros como repulsivo para mí. Los ojos se presentaron contradictorios, aunque sólo por un momento, pues luego de un instante supe que su entereza y lozanía, esos ojos jubilosos y párvulos, no le correspondían en exclusividad sino que eran características tanto del niño como del octogenario, de la joven como de la abuela, tan de él como de todos. Así pues la contradicción se diluía: si los ojos no envejecen para nadie no había en él, como era de suponer, nada de portentoso.
Finalmente, quedaba entonces esa triteza latosa de color celeste, un color de ojos que combinaba fofo con sus rubias zapatillas, tosco con sus rubios pantalones, redundante con su rubia rubiedad.

chile en argentina (acerca de un recorrido semanal)

Fue la semana pasada, lo recuerdo como si hubiera sido la semana pasada. Luego de un monótono y extenuante viaje de 170 kms. puse pie en la ciudad que me vio crecer (si es que alguna vez me vio) y caminé a casa, como todos los viernes. En San Pedro las cuadras parecen cada una más larga que la anterior en la medida en que me acerco a dichas coordenadas. La ansiedad pretende correr a escondidas delante de mí. Y la explicación es fácil: mi vieja hace los mejores chorizos a la pomarola. Mi hermano, futuro esquizoanalista, siempre lo ha dicho: "si existe la objetividad, hela aquí", a lo que yo le respondo mecánica pero fervientemente: "de todas las subjetividades, esta es la más objetiva". Y créanme que lo creo.
En casa había otro estudiante de psicología, amigo de mi hermano e invitado a pasar el fin de semana con nosotros, nativo de Punta Arena, en el sur de Chile. Presentación mediante, y luego de un intercambio de preguntas rompehielo e introductorio, emprendimos el viaje más exquisito que un goloso puede desear: la comida de la vieja.
Con Cristian acostumbramos a (perdón, Cristian es mi hermano. Debí presentarlos antes: Cristian, el lector; el lector, Cristian). Ahora sí. Decía que con cristian tenemos la costumbre de ver una película cada vez que vemos una película. Así que después de la cena nos acomodamos en nuestras sillas y nos dispusimos a escuchar música (porque ese día no vimos ninguna película).
¿Keaton o Chaplin? Esa fue la pregunta de un sábado que amanecía a eso de la una de la tarde. El maquinista de la General sucedió al almuerzo y la respuesta fue tomando forma: ¡Cuántos colores pueden fugarse de una línea en blanco y negro!¡Cuántos gritos puede vociferar el cine mudo!¡Cuánto Keaton hay en Keaton!
En Inglaterra ya había pasado la hora del té. En San Pedro era la hora del mate. Y mermeladeando unas tostadas estuvimos hasta que mandamos al sol a dormir (era ya tarde para que anduviera merodeando si es que pensaba levantarse temprano al día siguiente). Anfitrionamos al huesped y salimos a pedalear las calles nocturnas. -"San Pedro es fotogénica" dijo. Y no pude más que asentir con cierta displicencia, ocultándole las mismas asimetrías que la ciudad pretende esconder al turista. No se tardó demasiado para darse cuenta por sí mismo que no todos los caminos son asfalto ni todos los hogares agua corriente.
Retornamos, y así una nueva cena, las pampas chilenas, un nuevo almuerzo, un cuarteto de cuerdas, los cerros jujeños, una vieja cena, y una más, otra vez otra película, y un par de etcéteras que son siempre interesantes.

Yo nose...

Yo nose... Lo que mas me impresiona son las cosas que sin merecerlo son comunes.. Me sorprende lo habitual, a veces, puede ser aborrecible.. Algunos lo tildan de masoquismo, otros de ignorancia, pero yo... nose, es algo increible..¿¿¿Como puede tanta gente mirar un programa tan monotono como Gran Hermano????? La vida no es para contarla, solo las experiencias extraordinarias son merecedoras de llamarse anécdotas..y..¿ algo extraordinario puede suceder entre gente que vende su vida por 30 segundos de fama? (está excento mi amigo el Roña que realmente tiene méritos) .... si no hay algo realmente interesante en la tele, apáguenla, seguro que un solitario pensamiento o una conversación con el prójimo va a ser mas productiva.

Servicio interrumpido

¿Se escucha ese silencio?
Serán tus pesadillas, son las voces de mi gente echando resto, sanando, revolucionan,
¡Luchando el presente!*

Y la gente sólo quería llegar a su casa.
Y ellos sólo quisieron llegar a su casa.

Latas de alcantarilla usadas, podridas, oxidadas, viajan sobre rieles; transportan como ratas a la gente, hacia las catacumbas de la ciudad amaneciendo. “Gente muy humilde” dijeron en TN...
Pero el día no termina cuando anochese...
“Servicio Interrumpido. Disculpe las molestias ocasionadas”
“¡Todos los días lo mismo!”
“¡Todos los días lo mismo!”
“Inesperada y sorpresiva reacción de los usuarios”
Evidentemente no eran “molestias” las que ocasionaron el “CAOS en Constitución” (19:22 hs.).
Pueblo susceptible el nuestro, que destroza una estación por no disculpar las molestias ocasionadas.
Pueblo violento el nuestro, que ejerciendo constante prostitución gratuita, decide al fin jactarse del manoseo y el ultraje. En Francia quemaron casi 400 autos, sólo porque no quedó electa la candidata socialista Royal. Pero claro, en Francia son del primer mundo, no son "gente muy humilde" y evidentemente, no permiten que sea "todos los días lo mismo".
“CAOS en Constitución” ¿Inesperada reacción?
“¡Todos los días lo mismo!”
“¡Todos los días lo mismo!”
Desde las 17:40 que los trenes no funcionaban.
“Un grupo enardecido provocó el caos”, fue una “reacción en cadena” (pero no olvidemos: acción, reacción, repercusión...): Primero las boleterías (que vendían boletos caducados de antemano), luego el Centro de Control (que de control, ahora solo tenía el nombre), luego la Oficina de Informes (que nunca informó –desde las 17:40 hasta las 19:20 hs- al ahora “grupo enardecido” porqué no iba a poder cenar con sus familias), y luego el reclamo, el silencio, el amontonamiento, los gritos, la bronca, las golpizas, mas silencio, mas bronca, y la moto, y el fuego, y la cana, y las piedras y el “Borombomboooom, borombombooom, el que no salta, es un botooon!!!”.
Repicó la furia en los pisos de la estación. (19:48 hs.)
“Parece un estadio de fútbol”. La acústica multiplicaba por miles las voces del "caos", mientras la arcada se la seccional policial era envuelta por un serpenteante dragón de fuego.
Soldados de plomo con cascos y escudos obsoletos, ahora se enfrentaban a vikingos legendarios, armados de indignada rutina imperecedera. Repiten: “gente muy humilde". Subestiman a los de abajo, ellos que solo quieren llegar a sus casas.
"¡A nosotros nos reprimen! ¡A ellos tienen que mandar en cana! ¡Tienen que estar de nuestro lado, no del de ellos!"
Basura tirada en el piso, "basura" salía de los trenes; pero basura se repliega, basura se esconde.
“Los trabajadores del Metropolitano siguen atrincherados”, pero por los mismos trabajadores que se cansaron de estarlo. El pueblo contra el pueblo. ¿Sorpresiva reacción? Enterate Telenoche. Era lo que buscaban.
Igual, “de a ratos parece calmarse la cosa” (20:10 hs. Aclaración: la “cosa” que parece calmarse de a ratos, son los trabajadores). Dicen que después de la tormenta siempre llega la calma; pero a nosotros nos sigue garuando finito.
Y entonces... ¿Qué pasa? “aún no parten los trenes” (20:42 hs.).
El público absorto, mira desde los alrededores y el palco. La “cosa” parecía calmarse, pero no: “está todo cortado acá”, “llegan más dotaciones de policías e infantería”, “la estación está rodeada, nadie puede salir”, "cientos de 'ellos' aún están en los andenes" (20:45 hs.). Todo por un “grupo enardecido” (¿grupo? ¿cuántos? ¿20 locos? Crónica lo desmintió, dijo claramente: "cientos de 'ellos'...").
Igual, quedate tranquilo, vos, gordito de traje, simpaticón, si, vos que ahora “estás en casa”, porque “el grupo de revoltosos ya fue desalojado”. Parecés inquieto. Consejo: sacate la corbata, que si la conciencia te deja, vas a respirar mejor.
“La reacción porque un tren no salía”. ¡Que barbaridad!. ¿Qué? ¡Mirá!: “Pese a los incidentes, sale una formación” (20:48 hs.) (¡¿Ahora?!) entonces, claro (conclusión): “el resultado de todo esto: destrozos, heridos, detenidos”.
Nos cansamos de ser los detenidos, nosotros somos los que estamos heridos; destrocemos de una vez a quien corresponda, y recién ahí veremos los resultados; porque aunque “lo normal es que el servicio sea deficiente”, nosotros no lo somos.
(¡ADVERTENCIA!) “Lo más grave, y lo más importante, es que no prendamos la mecha y encendamos el fuego”.
OH, OH! Tarde Tele-fé (?).
Servicio interrumpido.
Disculpe las molestias ocasionadas.

Fausta

*Fragmento de la canción: Piedras vs. Tanques - Ojos de Brujo
*Entre comillas se encuentran frases emitidas por los medios y por la gente ("la cosa") mientras transcurría el hecho y otras novedades que tenes que saber, antes de salir de casa (o intentar volver a ella...).

El "Roña" Castro en Gran Hermano


El chiquito y afrancesado Hernan Caire está pasando momentos de tensión en la casa, siendo el centro de los chistes, ante un Roña Castro que no le deja pasar una sola, y frente a la dupla dinámica de Mariana y Pachu (hacen mejor equipo que Batman y La Mujer Maravilla). La cuestión, es que “hernancito” mostró su lado femenino, cuidando hasta las cejas de sus ojos.
Es insoportable el pibe Caire, además de que está tan subido de fama, que se animó a enfrentarlo al Roña… (muy mala jugada ésa). Así, vemos el primer afectado por la convivencia. Por el otro lado, el Roña Castro se empieza a elevar como una figura en la casa, quien tampoco se salvó de la joda de Mariana y Pachu (están como locos!!!). Ambos le hicieron creer dos historias personales desopilantes, mientras el Roña, ingenuo, trataba de darles consuelo al mismo tiempo que le pedía más data a la dama que se confesaba.

El Ale

UN VIAJE A 5TO AÑO

Les dejo una pagina para que me acompañen en el viaje
Es un video-clip de los jovenes pordioseros interpretado por mis amigos y yo (yo soy el de la remera de Mickey)
Que locuras haciamos!
http://www.youtube.com/watch?v=7O1QsUO-log
EL ALE

Humor inteligente (Les Luthiers)


Algunas frases para inaugurar el blog:

Tener la conciencia limpia es síntoma de mala memoria

Los honestos son inadaptados sociales

El que quiera celeste que mezcle azul y blanco

Pez que lucha contra la corriente muere electrocutado

La esclavitud no se abolió, se cambió a 8 hs diarias

Si la montaña viene hacia ti, Corre Es un derrumbe

No soy un completo inútil. Por lo menos sirvo de mal ejemplo

Si tu novia perjudica tu estudio, deja el estudio y perjudica a tu novia

La verdad absoluta no existe y esto es absolutamente cierto

Mátate estudiando y serás un cadáver culto
EL ALE

Viaje de compras en una cinta transportadora.

Siempre te veo en el mismo lugar, mientras me paseo con mi baúl metálico. Tu rostro triste sigue pasando las cosas, intercambiándolas por algo que nunca vas a llegar a ver. Tu vestimenta te hace ver igual que a los demás. Sin embargo, yo sé que no es así. Buscás más. Y las señoras paquetas te pueden gritar, pero esas voces siempre van a quedar en lo profundo de tu estómago, porque tu corazón se volvió inmune a ese tipo de trato. Mientras paseo por alimentos multiplicados a la enésima potencia, voy mirando las caras que encuentro por el camino, concentradas, algunas en lo que tienen que cambiar, algunas otras en las cosas que tienen ellos para ofrecer. Pero ninguno es consciente de sí mismo en esa situación. Vos sí. Vos tenés algo que ninguno de los que están ahí tiene: la determinación que, en un futuro muy cercano, no te volveremos a ver allí sentada, dando de comer al láser rojo de códigos de barras.

Música

Quiero dejar volar el alma, y que me eleve.
La materializo al escribir estas palabras, pero al vivirla se me va.
Empieza el tango.
Me anudo el pañuelo rojo al cuello, y al mirarla de reojo, le digo:
-Sos libre de usarme como quieras.
Entonces se pone el sobrero, y tomándome de la cintura, comenzamos a bailar.

Fausta

Desespera Esperanza

Soñé con una paloma blanca que lloraba porque sabía que iba a morir;
y no iba a impedirlo, ya no podía, debía ser así.
Ví cómo la última lágrima rodó con su cabeza.
Desperté, y el mal cayó sobre los hombres.

Fausta

Anatomía del clown


Cada nariz, un mundo...
... detras de ella, otro...
...el mismo, conjugado.

Bipolaridad abstracta, dicotomía de la esencia humana, ambivalencia.
Ni cuerpo, ni mente, ni alma se valen por si mismos, sino entre sí, todo en uno, dividido dos.
Es el sutil paralelismo entre el yo, y el otro yo; o el que era yo, y de vez en cuando me recuerda como fui.
Comienza el show. El cuerpo se recorta del espacio (el yo), transposición (paralelismo), y mientras toca el aire, y juega, se deja moldear por el elemento que le da sentido.
Le gusta perderse, ya fuera de la realidad, para buscar hasta encontrar la suya (el otro yo).
2 de Hidrógeno + 1 de oxígeno: el agua.
2 de yo + el elemento: el clown.

Fausta


"La unica verdad , es la realidad"

Las horas

Y la noche se vuelve oscura, tanto que comienza a aclarar; y mientras tanto frío sigue pinchando mis dedos como si fuesen dagas, yo trato de escribir desde mi insomnio. No porque tenga algo que decir, sino porque me hace bien sólo el hecho de llevarlo a cabo; de tal forma que siento como el peso de las palabras se liberan y el ruido de las teclas suenan en mi cabeza como el arrorró. De todas maneras, quiero terminar mi idea sin idea antes que la realidad comience a mezclarse con el sueño...


Diego.

Una información

Para todo aquel que nos leyere, les dejo un dato interesante que encontré en Internet, en uno de aquellos ratos de aburrimiento.
http://books.google.com.ar
En esto sitio, se pueden ver desde fragmentos de libros hasta libros enteros.
Disfruten!

Sonrisa independiente

Podría ser que quizás ahora todo sea más sencillo. Existe la posibilidad que exista relación entre dónde estoy y cómo me siento. Tomo las llaves en mis manos por primera vez, escucho el tintineo de su campana, y sé desde el primer momento que acabo de embarcarme en un largo e interesante viaje. Sonrío, y miro a mis costados, encuentro mis ruidos, mis cajas, mis medias tiradas...

Diego.

Acá nomás

Mientras paseo por el frío camino de rosas, me pregunto quiénes son aquellos que voy encontrando en mi camino. Escucho a mis alrededores chicos hablando en un idioma botánico que yo no comprendo; veo a las señoras paquetas de Palermo mirando a todos lados mientras se roban las flores, cortadas cuidadosamente. Pero lo que me llama poderosamente la atención, son aquellos rostros solitarios mirando hacia la nada, mientras están sentados y cargando con el equipaje de sus vidas; y me pregunto qué sentirán. Hay veces que no importa cuánto creamos que conocemos los rostros, en esta ciudad melancólica cualquier sonrisa puede implicar cualquier sensación. De todas formas, esto no impide que uno sucumba a la tentación de acercarse y preguntar, en un susurro, "estás bien?"

Diego.

estar dentro es estar fuera

El silencio ha afilado sus cuchillos y viene a reclamar lo que es suyo: mis temores. Amenazante me observa en la oscuridad de la habitación, como si callara. Las sábanas muerden los pies, fríos, a la altura de las rodillas. Doy vueltas y todo lo demás se marea. El cuarto es ahora más chico que la cama. Y cerrado como mis ojos abiertos. Las paredes se caen a pedazos, como el resto de la casa. Nada quiere estar allí. Allí es angustia. Y es pertinaz. Allí es ineluctable, sin embargo. De allí no se sale sino entrando. Y entrar es reconocer en el caos un orden, el orden caótico que le es propio. Entrar es raro. Y es raro porque es raro. Y es reconocer la rareza (y la tautología). Entrar es obedecer con el codo, mirar con los pies, sudar con los ojos, cantar con el hígado o con las entrañas, comer un chocolate con el ombligo. Es vociferar desde la piel y hacia ella. Sentir que se vocifera. Suceder que se vocifera. Pero es una voz silente y oscilante: nunca ausente, siempre inconclusa, tan cavilosa como ignorante. Una vez dentro, salir es regocijarse en la pesadumbre. Y apesadumbrarse en el regocijo. Estar dentro es silenciar los temores (y temer). Estar dentro es atemorizar al silencio (y callar). Estar dentro, es estar fuera.

el escrito sobre lo escrito

Hallábame leyendo en el momento en que decidí escribir sobre la lectura. Y sobre la escritura. Y sobre el deseo de escribir (sobre lo escrito).
Escribía. Y pensaba continuar escribiendo en la medida en que siguiera pensando que estaba escribiendo sobre lo que estaba escribiendo.
Pensaba. Y escribía. Leía. Y pensaba que escribía sobre la escritura. Y escribía sobre la escritura.
Sólo pensaba que pensaba. Y que escribía. Y solo, perdíame en la escritura. Y en la lectura sobre la escritura. Y en el deseo de escribir (sobre lo escrito).
Dejada de lado la escritura, continué leyendo.
Mas una vez en la lectura sentí deseos de escribir.
Retomé entonces el escrito sobre lo escrito, y sobre los deseos de escribir, agregando que una vez dejada la escritura, leería. Y que dajada la lectura, escribiría.
Pensé: "es al menos curioso pensar escribir sobre lo que se escribe".
Y proseguí: "y qué curioso es pensar y escribir que es curioso pensar escribir sobre lo que se escribe".
Pero decidí no escribirlo. No mientras escribiera sobre la lectura. Y sobre la escritura. Y sobre el deseo de escribir (sobre lo escrito).

el resto de los asientos está desocupado

Estoy subiéndome a la línea 168 y antes de llegar a decir "ochenta por favor" veo al colectivero vistiendo una camisa floreada, unos pantalones cortos tipo bermuda y unas ojotas de esas que no separan el dedo gordo del resto de los dedos del pie. Algo sorprendido le observo mascar chicle con la boca abierta. No entiendo. Retiro el boleto luego de alimentar debidamente a la máquina y levanto la vista en busca de asientos disponibles. Sólo una mujer embarazada ocupa el primer asiento a mi derecha. El resto de los pasajeros viaja parado. El resto de los asientos está desocupado. El resto de los asientos está desocupado. El resto de los asientos está desocupado. Todos leen el diario. Todos llevan sombrero. Todos menos la mujer en el primer asiento a mi derecha. Esta se levanta y gentilmente me ofrece su lugar. "No gracias" digo débilmente, casi sumiso. No entiendo. Comienzo a hacerme paso hacia el fondo. Treinta segundos entre diarios y sombreros. Dos cuadras. Tres a lo sumo. Me acerco a la puerta trasera. Solicito la siguiente parada. Bajo. Espero el próximo.

padre nuestro

El Estado es ese pequeño burgués de la líneaD que divide la basura y echa todos los restos de comida en una bolsa, apartada especialmente del resto de los desperdicios, para que el chico pobre tenga la cena y encuentre cierta compensación y/o recompenza a la humillación que representa ese urgar en los desechos. Muy considerado ese pequeño burgués, no? Cómo va a permitir que el pobre se muera de hambre, cómo va a permitir que el pobre desespere. En fin, cómo va a permitir que el pobre moleste. Es preciso impedir que el pobre moleste. Adormezcamos al pobre. Que urgue en la basura, pero que encuentre. No vaya a ser cosa que se le ocurra despertar furioso de su letargo. ¡Dios no lo permita! Bien; podemos estar tranquilos, porque sabemos que Dios no la va a permitir, porque sabemos que Dios es bondadoso y caritativo, porque sabemos que su humanismo nos va a brindar el pan nuestro de cada día y nos librará del mal de un pobre despierto.
Dios o Estado. Aquél es un monosílabo, éste no lo es. No se busque mayor diferencia.

la guerra pacífica

La guerra no es más violenta que la paz. La paz no es menos violenta que la guerra: ¿qué es la paz sino el momento de los vencedores?¿qué es la paz sino el pacto de sangre?¿qué es la paz sino la firma-aclaración de una voluntad cabisbaja y legitimadora de? La paz es como la mierdra: la "r" le permite desvincularse de la mierda, que es lo propio de la guerra, pero vaya si ambos términos se parecen.
Ley ciento un... indignante ardor cutá-neo-fascista: el mundo de la paz es el mundo de la guerra subrepticia. Leí que el mundo quiere la paz mundial. He aquí la resistencia (REVolucionaria, REVulsiva, irREVerente): nosotros no queremos la paz. Repito: nosotros no queremos la guerra. La paz es REViolenta.